Abusos patronales en tiempos del coronavirus; el caso de Medtronic

Abr 15, 2020 | Política

La empresa Medtronic, una de las más grandes y emblemáticas de la Industria Maquiladora de Exportación en Tijuana, Baja California; es también un claro ejemplo de las violaciones y abusos de la patronal en contra de sus trabajadores.

La pandemia del covid-19 es una ventana para observar los abusos con nitidez. Con la coartada de ser “una empresa esencial” por producir dispositivos de la “salud” –aunque no tenga incidencia alguna a favor de contener la propagación del coronavirus– los obreros afirman que la empresa no cerrará porque tiene pedidos muy grandes de Asia y un número exagerado de solicitudes desde Europa.

Muchos trabajadores están inconformes de continuar trabajando, obligados por los pedidos y la expectativa de ganancias de Medtronic, en las actuales condiciones de riesgo para su salud. Al parecer les han hecho firmar un convenio para que, en algunos casos, se observe cuarentena sin tomar en cuenta su opinión, sin ninguna negociación obrero-patronal, y que no considera determinados bonos y supone una reducción de salario.

En tiempos normales para la producción capitalista los obreros suelen ser cambiados de operación y en función de ello se les priva del beneficio de determinados bonos, los cuales son prestaciones ganadas y el patrón presenta como “privilegios” o “premios” que se pueden quitar sin más. Esto en un trabajo donde existen líneas de producción agotadoras, de mucho estrés y dominadas por el agobio de los encargados al obrero, con jornadas de alrededor de doce horas diarias.

A los obreros de Medtronic, en cuarentena por criterios de salud, se les hizo firmar un convenio. Ellos dicen no les permitieron leer las especificaciones del mismo, apresurando la lectura. El patrón actuó rápido, sin dar oportunidad de nada. Los obreros quisieron sacar foto o tener copias, pero les fue prohibido.

Entre otras cosas, la patronal de Medtronic violó también su derecho a contar con copias de todas las modificaciones a la relación laboral, como lo establece la Ley Federal del Trabajo en sus artículos 24, 25, 132 y 994. Todo convenio debería ser aprobado por la base obrera y guardar testimonio por escrito de ello.

Los obreros se inconforman: la empresa no nos dejó conocer y comprender el convenio. La situación llegó a tal que, tres semanas antes del descanso selectivo por cuarentena, los patrones de Medtronic nos quitaron los bonos, dejaron de entregar recibos de nómina y nos impidieron conocer el motivo de los descuentos. ¿Los argumentos para esto? Aplicar la “sana distancia”, pues “no se podía tocar nada en la empresa”.

Violaron la sana distancia en la línea de producción y la respetaron para robar los bolsillos de los productores directos.

Las mejores leyes o decretos son letra muerta si la clase obrera no actúa organizada y unida frente al patrón o si sigue dejando en las manos de aquél su propio futuro y su vida misma. A una obrera de Medtronic se le escuchó decir:

Una trasnacional que ‘triunfa’ en México

A nivel mundial la estadounidense Medtronic fue catalogada en 2015 como la empresa número 42 en la lista de las más innovadoras en tecnología e investigación. El diario estadounidense The Wall Street Journal reportó que dicha empresa había obtenido ganancias netas por 520 millones de dólares y, sólo en 2015, un ingreso bruto por 7 mil 60 millones de dólares. De ese tamaño es la riqueza producida por la clase obrera.

Medtronic tiene 22 años de presencia en México, en ésta se producen treinta diferentes tipos de dispositivos y paquetes para la gestión de sangre en cirugías de corazón abierto; válvulas para el corazón; catéteres coronarios y periféricos; así como una diversa gama de mercancías especializadas para el ámbito médico. En 2018 el cálculo estadístico oficial establecía que el número de “colaboradores”, la forma convenenciera de llamar a los trabajadores, era de casi 5 mil.

Los obreros describen con sencillez y profundidad lo que viven en su día a día. Como quien vive en medio de una catástrofe natural a la que se han acostumbrado a la fuerza. Sin embargo, estos y otros ejemplos de constante atropello y abuso patronal son posible, en parte, por la complicidad de los sindicatos de protección, tolerados y promovidos antes por los gobiernos estatales, antes del PAN y ahora por el de Morena.

El patrón, un monopolista de la tecnología e innovación médica, se pasea por las plantas con la certeza de dominar por completo la situación. Cambiar aquí, cambiar allá, exprimir a él o a ella, despedir sin ninguna responsabilidad, violar la ley en todos lados. El difícil ambiente que siembra con esto en todos los rincones de la fábrica, ahora en tiempos de coronavirus desnuda las terribles consecuencias de que los obreros no se perciban a sí mismos como aparte y contrarios al patrón, y no se organicen.

“Me molesta mucho que digan, en la empresa, que debemos estar agradecidos de que no nos envían a casa sin sueldo o con un menor salario. No han cerrado las líneas de producción, donde laboraban con tres mesas ahora lo hacen con dos. Ahora hay tiempo extra para las personas que se quedaron a laborar. Siempre ha habido injusticias con las personas vulnerables. La empresa no respeta. Cuando no estás produciendo sin parar, se meten contigo. Muchas personas se van por eso. Así es Medtronic”, comentó un trabajador de la empresa.

Pareciera ya no es tiempo de marcharse, de aguantar, sino de organizarse.

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