Córdoba, de las crónicas de Kenneth Turner a las páginas de El Machete

Jun 12, 2020 | Política

En el número 16 del periódico El Machete, correspondiente a los días del 9 al 16 de octubre de 1924, en la página 3, en la sección de Los Estados, podemos encontrar dos denuncias contra los jefes de guarnición de plaza, en la ciudad de Córdoba, Veracruz, con fecha 6 de octubre se informa sobre la remoción del Jefe de Guarnición, en una nota titulada El Pretoriano W. M. Obregón, donde se menciona que gracias a las denuncias y protestas de las organizaciones obreras y campesinas de la región este militar ha sido removido de su cargo. Ahí mismo como continuidad de la nota sobre el mencionado militar viene una pequeña narración llamada: Un Bandido Típico: Pedro Tresgallo.

Es de resaltarse esta información pues las primeras denuncias de este “negrero” como lo llama en la nota el Corresponsal de El Machete, se remontan hasta antes de 1910, cuando el periodista John Kenneth Turner describe en su libro México Bárbaro, en el capítulo IV, Los esclavos contratados de Valle Nacional, narra cómo desde la ciudad de Córdoba eran vendidos como esclavos hombres libres pero de escasos recursos hasta lo que él autor denominó “el peor centro de esclavitud de todo México” y narra también cómo hizo su fortuna un aventurero español al que llama “Daniel T.”, leamos:

<<Hace cuatro años, Daniel T., un aventurero, llegó sin un centavo a Córdoba. Pocos días después tenía dificultades con su casero por no pagar la renta de la habitación; pero en pocos días aprendió dos o tres cosas y se dedicó a aprovechar lo que sabía. Salió a pasear por las calles y al encontrar a un campesino le dijo: «¿Quieres ganarte dos reales (veinticinco centavos) con facilidad?» Naturalmente la oferta interesó al hombre y después de unos minutos ya estaba camino de la habitación del aventurero llevando un «mensaje», mientras el astuto individuo tomaba otra ruta para llegar antes. Esperó al mensajero en la puerta. lo agarró del cuello, lo arrastró, lo amordazó y amarró, y lo dejó en el suelo mientras iba en busca de un enganchador. Esa misma noche, el aventurero vendió su prisionero en veinte pesos, pagó su renta y comenzó a hacer planes para repetir la operación en mayor escala.

El incidente sirvió a este hombre para entrar en el negocio de «contratar trabajadores». En unos cuantos meses se había puesto de acuerdo con los jefes políticos de la ciudad de México, de Veracruz, de Oaxaca, de Tuxtepec y de otros lugares; hoy es el señor Daniel T. Yo vi su casa, una mansión palaciega que tiene tres gallos en un escudo sobre la puerta. Usa un sello privado. Y dicen que su fortuna llega a cien mil pesos, todo ello adquirido como «‘agente de empleos»…>>

Hoy, que por azar he encontrado esta nota en El Machete, y recordé que hace unos 20 años aproximadamente escribí un artículo llamado El México bárbaro y la época de oro de Córdoba, porque historiadores de toda laya han pretendido asociar la época porfirista con el progreso y desarrollo de Córdoba, pero topan con las crónicas de Kenneth que muestran que ni en Córdoba, ni en el país había un verdadero progreso social; ahora, esta información se ve reforzada con la narración de El Machete, que entre otros datos importantes aporta el verdadero nombre del explotador.

Considero importante rescatar este tipo de información porque la actual burguesía cordobesa, rancia y necia insiste en la añoranza de aquella época, donde muchos de sus antepasados hicieron fortuna de similar manera; por eso hace un tiempo vi publicada en la portada de una página de regodeo y autocomplacencia chovinista en las redes sociales, la foto del palacete narrado por John Kenneth Turner  y no pude evitar recordar esos pasajes desgarradores narrados en su libro.

A continuación, la nota de El Machete:

Un Bandido Típico:

Pedro Tresgallo

El negrero “gachupín” Pedro Tresgallo, es de la época porfiriana, en cuya “santa era” vendió a un sinfín de parias destinados a vegueros de Valle Nacional –(véase que no lo llamamos negrero por gusto), en connivencia con el entonces Jefe Político, Miguel v. Gómez.

Con las utilidades de este negocio, el traficante Tresgallo se apoderó de un terreno y fincó media manzana de casas de cierta categoría. Al triunfo de la revolución de Carranza se le aplicó el artículo 33, pero durante el interinato de De la Huerta, regresó al país y al estallar el movimiento de diciembre, tomó las armas, persiguiendo tenazmente a los agraristas. Alojó en su casa a connotados jefes rebeldes y muchos camaradas fueron encarcelados por él.

Cuando la derrota de Esperanza huyó con los suyos, regresando después cínicamente a esta ciudad, como si nada hubiera hecho, las autoridades lo detuvieron, pero el dinero lo arregló todo. En la actualidad se ha granjeado a ciertos jefes militares, expulsando de sus casas a los inquilinos para proporcionarles alojamiento, y dándoles almuerzos y otras cosas por el estilo, utilizando para esto a sus hijas. ¡Y para colmo, la banda militar del 17, fue a darle los días a un hijo del rebelde explotador Tresgallo, el 29 del pasado!….

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