Bimbo, Coca Cola-Femsa, Nestlé, Sabritas-PepsiCo, entre muchas otras, son algunas de las principales empresas con un gran poder político y económico, integrantes de la oligarquía nacional y la burguesía internacional, que influyen en las decisiones más importantes en torno a la salud y la educación. Por estas razones continúan intocables para el gobierno de la Cuarta Transformación.
En medio de la pandemia del coronavirus en este sistema capitalista los productos chatarra que sólo engordan y envenenan al organismo, ha quedado evidenciado que su consumo ha deterioraro la salud de millones de mexicanos y que esto ha agravado la crisis sanitaria que vivimos actualmente.
Los productos chatarra están cargados de calorías vacías; azucares o endulzantes muy tóxicos y de muy mala calidad; grasas; sales; edulcorantes, saborizantes, conservadores y todo tipo de artificio químico para conquistar el paladar del consumidor en medio de un escaso o nulo valor nutricional. Estos productos son una de las causas principales de la obesidad y del síndrome metabólico previo a diabetes, hipertensión y otras enfermedades como el cáncer.
En el caso mexicano queda clara la prioridad en proteger los intereses de la clase empresarial. Hace unos meses, frente a la Ley de Etiquetados que era una medida regulatoria, a los empresarios les bastaron algunas acciones legales para evitarla. El Gobierno no dio respuesta efectiva. Ahora que el Presidente AMLO insiste en la nutrición frente al covid-19, pero no hace siquiera lo que está facultado para hacer, queda manifiesta la doble moral de su gobierno.
Lo más lamentable es que los principales consumidores cautivos de estos productos son los niños y adolescentes. Que las escuelas son los más importantes centros de distribución y representan las mayores ganancias de este sector, pese a regulaciones y restricciones. En estos últimos podemos citar el Acuerdo mediante el cual se establecen los lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica. Vigente desde 2010, en la práctica no se lleva a cabo en la mayoría de las escuelas públicas y privadas del país.
El Gobierno Federal tiene toda la facultad política y legislativa para prohibir la circulación de estos productos, no sólo alrededor de las escuelas sino a nivel general. Existe además el suficiente sustento científico y político para prohibir su fabricación y distribución. En el caso de Cuba, país socialista, no existen estos productos; y es uno de los países con menor índice de sobrepeso, obesidad y diabetes; con uno de los mejores sistemas de salud a nivel mundial.
La encuesta nacional de salud y nutrición ENSANUD 2018 arrojó dentro de sus múltiples resultados la prevalencia de sobrepeso y obesidad del 37.3% en niños y de un 74.9% en adultos. México es el país con mayor sobrepeso y obesidad a nivel mundial.
El Gobierno Federal, a través del Ejecutivo o de las autoridades de salud, afirma reiteradamente que somos un país con grandes problemas de salud debido a los altos índices de sobrepeso y obesidad. Una de las principales causas de lo anterior es el elevado consumo de productos chatarra. Que a su vez contribuyen a engrosar el grupo con mayor riesgo de vulnerabilidad ante el coronavirus.
Si bien el Gobierno, en sus diversos espacios informativos, señala con insistencia lo anterior, al mismo tiempo suele atribuir la problemática exclusivamente a los malos hábitos alimenticios y al ejercicio de los gobiernos pasados. Nunca atribuyen, con todas sus letras, estos efectos devastadores en la salud pública a los amos y señores de la industria de los productos chatarra.